18.5.07

Bombazo en el corazón musulmán de India

Catorce muertos en plena plegaria en la Gran Mezquita de Hyderabad

JORDI JOAN BAÑOS (Corresponsal) La multitudinaria plegaria del viernes en la gran mezquita de Hyderabad fue brutalmente interrumpida por una bomba accionada por teléfono móvil. En la explanada de la llamada Mezquita de la Meca, del siglo XVII, quedaban tendidos cinco cadáveres y cincuenta heridos, siete de los cuales morirían a las pocas horas, elevando a doce la cifra de muertos. Podría haber sido peor, ya que tres artefactos más fueron descubiertos y explosionados posteriormente por la policía –uno, sólo fue hallado varias horas después. No obstante, los agentes fueron recibidos con piedras e insultos por la turba exaltada y ‘Times of India’ apuntaba que tres de las víctimas podrían haber perecido a consecuencia de balas de los antidisturbios. El atentado en el recinto de la histórica mezquita, junto al famoso Charminar, es demoledor por su simbolismo. La ciudad antigua de Hyderabad -seis millones de habitantes- es un reducto musulmán y de lengua urdu en el corazón dravídico de India. Por ello, por temor a represalias y disturbios entre hindúes y musulmanes, de inmediato se declaró la alerta en Bombay, Delhi y Calcuta. El Primer Ministro del estado de Andhra Pradesh, Y S Reddy, que volvió precipitadamente de Nueva Delhi, reconoció que tenían chivatazos no lo bastante explícitos sobre un posible atentado, que calificó de "sabotaje a la armonía y la paz en el estado".
La mezquita no contaba con detector de metales ni especial seguridad, por decisión propia, debido a la aplastante mayoría musulmana de la medina en que se ubica y a que Hyderabad había conseguido mantenerse al margen de las matanzas interreligiosas de los últimos quince años. Precisamente ayer -y está por ver si es casual- estaba marcada la lectura de las sentencias por los atentados de 1993 en Bombay, ejecutados como represalia por la mafia musulmana de la ciudad.
Un aumento de la tensión en la capital de Andhra Pradesh es relativamente preocupante para las decenas de multinacionales del chip ubicadas en ‘Cyberabad’, a una decena de kilómetros y un par de siglos del hasta ayer hiperactivo pero pacífico bazar de las perlas de Hyderabad.
El año pasado, en abril, un atentado similar provocó 15 heridos en la Gran Mezquita de Delhi, mientras que en septiembre, otra bomba causó 38 muertos en la mezquita en Malegaon, al norte de Bombay.
Otro foco de tensión comunitaria se encuentra ahora mismo en el Panjab, donde las espadas están en alto entre miles de sijs y otros tantos miles de seguidores de una secta hindú, cuyo líder habría imitado ofensivamente a uno de los antiguos gurús sijs en un anuncio de prensa, algo que el acusado niega.

Los indios se suben a la cabeza con el whisky escocés

JORDI JOAN BAÑOS (Corresponsal)
NUEVA DELHI.- El hiperprotegido mercado indio de las bebidas alcohólicas se está moviendo frente a la previsible rebaja de sus astronómicos aranceles a la importación, recién denunciados por la UE ante la Organización Mundial del Comercio. United Spirits, que domina el 60% de dicho mercado, ha comprado una de las mayores destilerías de whisky escocés, Whyte & Mackay, por 870 millones de euros. United Spirits, que forma parte del UB Group, se consolida así como tercer productor mundial de bebidas alcohólicas de alta graduación, con 75 millones de cajas anuales, sólo por detrás de la británica Diageo (Johnnie Walker) y la francesa Pernod-Ricard. Vijay Mallya, el patrón de UB, llevaba mucho tiempo detrás de un ‘scotch’, para completar su cartera de más de 140 marcas. Mallya es conocido como el Richard Branson indio –aunque no es sir, es senador- por su estilo y por haber lanzado también su propia línea aérea, Kingfisher, bautizada como la cerveza que hace burbujear su cuenta de resultados.
Aunque UB ha pagado casi el triple de lo que Whyte & Mackay costó en 2001 a sus dos propietarios, el magnate lo justifica por el crecimiento del 30% anual de las ventas de whisky escocés en India y China, que son sus mercados preferentes. Como en otras grandes compras recientes de multinacionales occidentales –del acero, el aluminio o la farmacia- por parte de empresas indias, UB aprovechará también para hacerse con la red de distribución y la tecnología de su adquirida. Con la destilería de Glasgow pasan también a manos indias los whiskies de malta Dalmore y Isle of Jura, así como el vodka Vladivar. W&M espera unos beneficios de 73 millones de euros en el presente ejercicio.
El año pasado, UB no consiguió comprar el champagne francés Taittinger, pero sí su división de vinos. Estos movimientos cobran sentido frente a la previsible apertura forzada del mercado indio a los vinos y licores extranjeros, que actualmente pagan aranceles del 260% y el 500%, respectivamente. India se ha defendido hasta ahora con el peregrino argumento de que la UE no reconoce a los "whiskies" indios como tales –ya que se elaboran a partir de remolachas en lugar de cereales. Por este motivo, Mallya ha sido hasta ahora un implacable rival de la Scotch Whisky Association, que ahora deberá cederle un asiento.
El ‘whisky’ nacional es, con gran diferencia, la bebida alcohólica más consumida de Iindia. El alcohol continúa siendo tabú para gran parte de dicha sociedad, aunque su emergente clase media está haciendo aumentar a razón de un 30% anual las ventas de vino, considerado un producto distinguido. No en vano, cualquier botella en India, incluso nacional, cuesta bastante más que su equivalente en España. Al abrigo de la competencia exterior, en los últimos años ha ido creciendo el número de bodegas y, lentamente, la calidad de sus caldos, tintos, blancos, rosados y espumosos.
No deja de ser una paradoja que el tercer mayor productor de licores del mundo sea un grupo indio, ya que India es un país mayormente abstemio y la venta de alcohol está explícitamente prohibida en varias festividades y durante los recuentos electorales. En estados como Gujarat hay una virtual ley seca y es preciso registrarse y obtener un permiso para consumir un número limitado de cervezas al mes.