4.10.06

FRAGMENTS D'HERBERTO HELDER

Ens toquem tots com els arbres d’un bosc
a l’interior de la terra. Som
un reflex dels morts, el món
no és real. Per poder amb això i no morir d’espant
- les paraules, les paraules.

*

(...) I una candela,
una flor, una petita lira,
poden dreçar-se d’un riu de sang, sobre el món –
un nou instrument rodejat de campànules
inclinades, per lleugeres pedres humides,
pels animals que mouen en el seu calm halo de foc
les grans testes somiadores.

*

O flores bebiendo la jarra.
El silencio estructural de las flores.
Y la mesa debajo.
Soñando.

*

Dadme una joven mujer con su arpa de sombra
y su arbusto de sangre. Con ella
encantaré la noche.
Dadme una brizna viva de hierba, una mujer.
Sus hombros besaré, la pequeña piedra
de sonrisa de un momento.
Mujer casi increada, mas con la gravedad
de dos senos, el peso lúbrico y triste
de la boca. Sus hombros besaré.

*

Una materia sensacional en el secreto de las fruteras,
con sus manzanas centrípetas
y las uvas pendidas sobre la madurez. (...)
Ah, la madre loca alrededor, sentadamente
completa.

*

Los muertos, los muertos
usan la cabeza como quien usa un resplandor.

*

Soy los muertos – dice un árbol
con la flor aplastada.
Y así los árboles
llegan al cielo.
Es el diálogo de los días y las noches,
entre las haciendas petrificadas y los grandes
desmoronamientos de las estrellas.

*

Han estallado los brotes de los sauces.
Un hálito húmedo de lilas turba y perturba.
La primavera toca más hondo en la locura, revuelve
a los vivos y a los muertos. – Todos echan flor.

*

Decir: revienten los taludes, enloquezcan las vacas,
que mi inteligencia se vuelva terrífica.
Unir la ferocidad de la noche al embriagado
movimiento de la tierra.


Traduccions de Jordi Joan